La quinoa es uno de los abanderados de la revolución de los superfoods, un ingrediente exótico con un perfil nutricional de lo más interesante y muchísimo atractivo en la cocina. Alimento básico de las poblaciones andinas durante siglos, en Occidente la quinoa empezó a ponerse de moda entre los apasionados de la comida saludable a principios de los 80.
A vueltas con la quinoa, la “semilla madre”
La quinoa (Chenopodium quinoa) no es un verdadero cereal, de hecho, la planta pertenece a la misma familia que la remolacha, la acelga y la espinaca. Se cultiva en otoño y se recolecta en primavera. De la quinoa se suelen comer los pequeños granos, que pueden medir de 1 a 3 mm de diámetro y son bastante parecidos al mijo. Para los Incas, la quinoa era un ingrediente básico (algo así como el arroz) y en los pueblos andinos sigue siendo fundamental en la alimentación: por eso a la quinoa también se le conoce como “chisiya mama”, semilla madre.
Es originaria del norte de América del Sur y se piensa que se domesticó hace unos 7.000 años en las proximidades del río Titicaca, en los Andes.
Por qué es importante lavar la quinoa antes de consumirla
El pericarpio exterior de los granos de quinoa contiene saponinas, compuestos defensivos amargos. Aparte de aportar un sabor poco agradable, la saponina dificulta la absorción de nutrientes por parte del organismo. Por eso es tan importante lavar y frotar rápidamente los granos antes de consumirlos, para eliminar esos compuestos. Hay quien aconseja dejar la quinoa en remojo unos cinco minutos y luego volverla a aclarar bajo el grifo. Un remojo prolongado, en cambio, deposita saponinas en las semillas.
La quinoa suele ser de cultivo ecológico, pues la saponina actúa contra plagas e insectos de manera natural, y se vende ya lavada. Eso sí, también en este caso, no está demás lavarla previamente.
Por qué deberíamos comerla
La quinoa contiene todos los aminoácidos esenciales, es decir, proporciona proteínas vegetales completas. Aporta el 14% de proteínas de alta calidad biológica, casi el doble que algunos cereales. Carece de colesterol y sus grasas, escasas (alrededor del 6%) son insaturadas y ricas en omega 3 y 6. Es muy energética, pues la mitad de su peso corresponde a carbohidratos de combustión lenta.
También es especialmente rica en hierro, que, además, al ser acompañado por aminoácidos y vitamina C, se asimila fácilmente. Entre las vitaminas destacan la E (antioxidante natural) y las de grupo B. No contiene gluten, es ligera y de fácil digestión y además sabrosa y muy versátil en la cocina. ¿Qué más se puede pedir?
Los colores de la quinoa
De la quinoa existen miles de variedades, de colores diferentes. La hay rosa, naranja y violeta, pero las que están a nuestro alcance en tiendas de alimentación eco son la rubia, la roja y la negra.
La quinoa rubia es la más común. Tiene un color blanco roto y, una vez cocida, se vuelve transparente y luce una curiosa espiral de color blanco. La quinoa roja es más pequeña y crujiente que la rubia. La negra o “salvaje” es todavía más dura y crujiente que la roja, necesita una cocción más larga. La quinoa real suele tener un contenido pobre en saponinas respecto a otras variedades. En las bonitas tiendas de Pepita y Grano se puede comprar a granel esta variedad real y en sus tres colores.
Cómo incorporar la quinoa a tu dieta
Si los beneficios de comer quinoa están claros, menos claro es cómo convertirla en un ingrediente más de nuestra despensa. Los granos de la quinoa pueden comerse tanto fríos como calientes. Tras lavarlos, podemos dorarlos sin aceite en una sartén y luego cocinarlos a fuego lento de 10 a 15 minutos en agua o caldo.
Si el objetivo es conseguir un grano húmedo, suelto y ligero hay que calcular unos 675 ml de agua para 300 gramos de quinoa. Estos son algunos de los consejos recopilados en el libro ‘Quinoa, semillas y cereales’. Se trata de un recetario que, sin centrarse exclusivamente en la quinoa, sí proporciona unas cuantas pistas sobre cómo introducir este alimento en nuestro día a día.
Más específico es el libro ‘Quinoa’ de editorial Hispano Europea, que explica cómo versionar este ingrediente desde el desayuno hasta la cena. Panecillos de quinoa, sopa de verdura con copos de quinoa y postre de quinoa con leche de arroz. Unas cuantas ideas para reinventar tu dieta en un práctico recetario.
Mama Campo: quinoa con un toque dulce y exótico
Mama Campo es muchas cosas en una. Un restaurante superbonito donde comer platos eco y saludables. Una cantina donde poder comprar ingredientes frescos y delicatessen ecológicas. Y, justo en estos primeros días de calor, unas terracita ideal en una de las plazas más castizas de Madrid. Proveedores locales, productos ecológicos certificados, materiales sostenibles y creatividad a la hora de combinar todo esto en el plato.
Como no podría ser de otra manera, la quinoa se asoma en la carta de este restaurante con una interesante combinación dulce: quinoa con mango especiado. Para probar.
Bacira: la fusión es una religión
Anguila ahumada con ricota, tomates secos, compota de manzana Granny Smith, cordón de miso dulce con miso y mirin, micromezclum de brotes tiernos y quinoa crispy, es decir, cocida, secada en el horno y finalmente frita en aceite hasta que se infle como si fuera arroz.
Los platos de Bacira brillan por sus atractivas influencias mediterráneas y asiáticas. Un restaurante de pura fusión que ha decidido dar un giro crujiente al pseudocereal de moda. Está ubicado en unas de las zonas más bonitas y exclusivas de la capital y cuenta también con servicio de take-away.
Ronda 14: de Asturias a Perú ida y vuelta
La quinoa es uno de los ingredientes fetiche de la cocina peruana. Por eso no podía no estar muy presente en la carta de Ronda 14, restaurante que mezcla la exuberancia de la cocina peruana, con la precisión y la elegancia de la nikkei (que a su vez es fusión entre la cocina peruana y la japonesa) y con los guisos lentos de la cocina asturiana.
Cachopinos de ternera con queso de cabra y setas, Causas de bonito y chili, Gyozas criollas de ternera y manitas de cerdo, Langostinos al panko. Son algunas de sus propuestas más interesantes. Entre ellas, están también el Roll de quinoa y ají amarillo. Fusión peruana en estado puro.
Tatel: en versión ensalada
Con embajadas en Madrid, Ibiza y Miami, Tatel centra su oferta gastronómica en los productos eco y de temporada. Eso sí, en el entorno más exclusivo. Estos restaurantes también apuestan por la quinoa en sus platos.
En la sede ubicada en el número 36 del Paseo de la Castellana se sirve, por ejemplo, una ensalada de quinoa con remolacha, manzana y nueces. En la sede de Ibiza, una ensalada templada de quinoa.
Narciso: con un toque japonés
Narciso Brasserie es probablemente uno de los rincones más bonitos de Madrid. Ideal para desayuno y brunch, este restaurante ubicado en una de las zonas más elegantes de la capital es también una buena opción para otros momentos del día.
Aquí podrás disfrutar de la quinoa en versión japonés, con tataki de atún y salsa ponzu. Todo rigurosamente rodeado de espejos y terciopelo azul.
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