Nuestros cultivos

Los agricultores que formamos parte de Quinoa del Páramo tenemos decenas de años de experiencia acumulados en los distintos cultivos tradicionales de la zona del Páramo leonés. Maíz, remolacha, cereales, girasol, forraje… han sido protagonistas de nuestros campos durante años.

En 2016 un grupo de agricultores empezaron a hacer campos de ensayos de quinoa, un cultivo alternativo con una demanda en continuo crecimiento y con unas propiedades nutritivas excepcionales.

Los resultados obtenidos y la necesidad de incorporar nuevos tipos de cultivos a nuestros campos, originaron el proyecto ‘Quinoa del Páramo’ con el que se ha conseguido lograr un elevado grado de profesionalización con un continuo crecimiento en las hectarias plantadas.

 

Nuestros Objetivos y Nuestra Misión

Cultivos rentables

El momento actual en el que vivimos, la agricultura no queda al margen de los nuevos retos a los que nos enfrentamos con un incremento en la demanda de nuevos productos por consumidores cada vez más preocupados por su salud. Los agricultores no podemos dar la espalda a estos nuevos nichos de mercado.

Fijar población rural

La despoblación que está sufriendo lo que se ha venido a llamar la «España vaciada» es un grave problema que puede ser revertido con nuevas alternativas agrícolas que permitan a nuestros jóvenes hacer un proyecto de vida en sus pueblos.

Bienestar animal

La agricultura y la ganadería siempre van de la mano y la quinoa no es solo un súper alimento para el consumo humano.
Mediante la incorporación de quinoa a los piensos animales, la ganadería se pueden beneficiar de sus magníficas propiedades alimenticias.

Cultivos sostenibles

La FAO pone a la agricultura en el centro de su agenda 2030 donde en 17 puntos y 169 metas dan especial importancia a erradicar la pobreza y el hambre, responder al cambio climático o conservar los recursos naturales. 

Conócenos más en este vídeo

Conoce el Páramo leonés

 El Páramo Leonés se localiza en la mitad sur de la provincia de León. Se encuentra perfectamente delimitado por una serie de accidentes geográficos muy notables. Al norte, las primeras estribaciones de la cordillera Cantábrica, al sur las primeras pendientes de las terrazas fluviales de la confluencia Órbigo-Esla, coincidiendo, en este caso, con el límite provincial de Zamora. El límite oeste está definido por la Ribera del Órbigo, y el este por la vega del río Esla.

La comarca del Páramo Leonés es geomorfológicamente un páramo interfluvial, el mayor de los que podemos encontrar en León, y uno de los mayores de la península ibérica.

Se trata, pues, de una altiplanicie de unos 50 kilómetros de norte a sur, por aproximadamente 30 kilómetros de este a oeste. Su relieve es casi perfectamente horizontal, con una pendiente aproximada del 2 % de exposición suroeste (vertiente de aguas al Órbigo), salvo en la subcomarca de El Valle, que tiene exposición sureste y sus aguas se vierten al Esla. En cuanto a la altitud, el Páramo Leonés se encuentra entre los 780 metros sobre el nivel del mar en el sur (Páramo Bajo) y los 1000 en el norte (Páramo Alto).

El origen geológico de esta comarca tenemos que buscarlo en el periodo Terciario, entre 7 y 65 millones de años atrás. En aquel momento ríos primitivos, que hoy ya no existen, arrastraron en sus avenidas toneladas de materiales que fueron rellenando la cuenca del Duero hasta una altura aproximada de 200 metros desde la cuenca originaria. Posteriormente, en el Cuaternario, se llegaron a depositar otros seis u ocho metros de materiales.

En la actualidad los ríos han ido arañando la tierra y profundizando sus cauces, dejando intactas grandes llanuras y pequeños cerros. A grandes rasgos podemos decir que el Páramo Leonés es una de esas llanuras que muestran el nivel que alcanzaron antaño los sedimentos.

Por lo que respecta a la red fluvial, en primer lugar se debe resaltar que ningún río importante pasa por El Páramo, lo cual ha condicionado desde siempre las características biológicas y culturales de la zona. Sin embargo, hay algunos arroyos naturales como el arroyo de La Huerga, el arroyo de La Oncina, el arroyo del Regueral, y el arroyo del Valle de Fontecha, entre los más importantes y una red de canales de regadío que han convertido al Páramo leonés en una de las zonas de regadío más importante de Castilla y León. 

El Páramo posee un clima mediterráneo continentalizado, si bien está algo suavizado en los veranos por la cercanía a la cordillera Cantábrica.

La temperatura media anual se sitúa en torno a los 11.2 °C y la media de las mínimas del mes más frío en torno a 0.2 °C bajo cero.

Las precipitaciones están repartidas, como es habitual en el clima mediterráneo continental, de forma muy irregular a lo largo del año, con mínimos en la época estival y máximos durante primavera y otoño.

Un factor a destacar es el notorio cambio climático que se ha producido en los regadíos parameses desde la implantación, en los últimos 15 años, del cultivo intensivo de maíz, una planta con una elevada tasa de transpiración, que ha provocado un aumento considerable de la humedad relativa durante el verano.

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